sábado, 13 de noviembre de 2010

Hoy puede ser un gran día


o tal vez no!!!
El arco iris me dio los buenos días y todo tenía muy buena pinta, pero.... cuando llegué al aparcamiento el coche no estaba..mal empezamos. No quería ser negativa y pensé en mis últimos movimientos de la noche anterior. No recordaba nada. La resaca había extendido una cortina espesa que impedía ver claramente las ideas que debían estar en mi cabeza. Busqué un lugar donde sentarme para poder situarme en el espacio-tiempo. Todo empeoraba...Nada era familiar. Casas de color burdeos. Palmeras. Cielo limpio y azul. Y al fondo el mar, sereno y brillante. Realmente tenía problemas. Graves problemas. En anteriores salidas siempre había conseguido volver a casa y pagar las consecuencias durante un largo domingo de resaca, pero esta vez era distinto....su residencia habitual, es decir la casa de mama, estaba en la calle Las Palmeras, esquina al Convento de San Marcos en León. Esto sí lo recordaba!!!

viernes, 19 de febrero de 2010

Día de suerte

Salió de casa como todos los días. Las ocho en punto. El pelo recogido con una goma de color rojo y zapatos de tacón. El vestido negro se ceñía a sus caderas e impedían su libertad de fin de semana. Llevaba su mundo dentro del bolso y su vida en su teléfono móvil. Aceleró el paso cuando atravesaba el parque, odiaba el olor de la mañana y los pájaros cantando. Cuando llegó a la boca de metro respiró tranquila, se sentía segura por aquellos túneles, galerías repletas de seres anónimos cuyas vidas gustaba imaginar, desear, investigar. Una vez en metro elegía a su victima del día. La última persona fue una señora mayor que llevaba en sus brazos un peluche viejo y descolorido. Personaje fácil de embaucar con sus dotes de manipuladora. La acompañó a su casa y compartió sus miserias y tristezas más profundas. Y como no soportaba la infelicidad humana, decidió que durmiera para siempre.
Por ello se sentía bien, sirviendo de alivio a los que sufrían. Alguien en el metro iba a ser el elegido, hoy sería su día de suerte………….

viernes, 13 de noviembre de 2009

Trayectoria del destino

Esta vez no erraré el tiro, pensaba Julián mientras se concentraba en derribar el último bolo. Era la gran final, todo dependía de él. El marcador en tablas. Tenía la oportunidad de demostrar que no era el fracasado que todos sus amigos y conocidos creían. Fijó el trayecto de la bola, buscó la posición adecuada y se dispuso a enfrentarse a su destino.
De repente exclamó: ¡la niña! Hacía tres horas que debía haber recogido a su hija en el colegio, esta semana le tocaba cuidarla según el juez.
La bola cayó de su mano esquivando perfectamente al bolo vencedor.

Tarde de domingo

El hombre lucía una inquietante sonrisa. Tenía la tarde libre. Había conseguido que la mujer y los niños se fueran al cine. Sintonizó El Carrusel, tomó posesión del mando a distancia y se abandonó a las ondas del sofá. Mucha cerveza muy fría, patatas muy saladas, su bocadillo preferido, de chorizo. El paraíso existía y él era el rey. El timbre de la puerta lo arrojó a la realidad. A través de la mirilla comprobó que era su suegra. Dudo entre ir a la cocina por un cuchillo o tirarse por la ventana, eligió lo segundo, San Miguel le ayudó.

Landay

No respires, no sufras, no llores por mí
Sólo ámame antes de que el sol dañe mis ojos.

Un acto de locura

Fue un acto de locura. Cuando Daniel se percató de lo sucedido intentó gritar pero nada salió de su boca. Fijó su mirada en el cuerpo tendido en el suelo pero no lo vio. Entonces sus ojos comenzaron a deambular por la habitación. Le parecía distinta. El silencio impuso su presencia y sólo su respiración rompía la quietud. Estaba lejos y sólo. Las cortinas ondeaban suavemente y el aire fresco de la noche le acariciaba el rostro. Daniel comprobó como los jazmines intentaban penetrar por la ventana abierta, la lucha desprendió un olor, cálido, especiado y frutal .El sofá de terciopelo verde guardaba todavía las señales de la pasión y las copas vacías y los platos llenos indicaban la urgencia del amor. Daniel comenzó a sudar y sus ojos se detuvieron en los labios de su amada, sin carmín. En su pelo pelirrojo, desordenado. En sus uñas con laca rosa. Todo estaba teñido de sangre. Daniel miró sus manos y comprobó que tenía un cuchillo ensangrentado en la derecha. Respiró hondo y en ese momento se acordó de aquella canción de Sabina que decía: “…..siempre tuvo la frente muy alta,
la lengua muy larga y la falda muy corta”.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Abrazos detenidos, abrazos derretidos

Domingo por la mañana. Media vuelta de cama agradeciendo el sagrado acto dominical. A través de la ventana saluda el perro del vecino, otro ser vivo solitario. Los rayos de sol luchan por llegar a la cama y retozar entre las sábanas. Pero el lecho está ocupado, la almohada huele a sexo y el sudor nocturno envuelve la habitación. El calor amigo le atrae y comienza el juego abandonado en la madrugada por el cansancio físico y la repetición del amor.
- Mamá por favor ponme los dibus!!!!!!!!!!!!!
Se rompió el sueño y apareció la realidad de cada domingo, adorada realidad!!!!!!!!!!!